El siku o sikuri es un estilo de música tradicional que diversos pueblos de la puna andina tocan desde tiempos antiguos hasta la actualidad.
El origen del siku es mas antiguo que el mismisimo imperio inka. Las primeras referencias datan de la cultura Caral, al norte de Lima (Peru) hace mas de 4000 años atrás. Aunque existen relatos de que las cañas eran parte integral de la mitica cultura Tiwanaku. Aunque si existe un consenso de que el Siku tal como lo conocemos tienen su origen en el lago titicaca.
La banda de sikus esta conformada por bandas de mínimo 12 integrantes, los que son divididos en 2 partes; Arca e ira, las cuales cada parte representa un hemisferio sonoro inpendendiente y complementario. A su vez van armando pequeños grupos de 2 integrantes, los cuales van generando su propia relación sinfónica.
En el conjunto total de la banda podemos encontrar cañas de mas 80 cms de largo, las cuales se caracterizan por sus fuertes graves (zanjas) hasta los pequeños Chullis que son pequeñas cañas de 10 cms, las que rechillan notas sumamente agudas. Por otra parte tenemos los Bombos, que según la comunidad van variando en la cantidad. Y finalmente están los Chiñinkos o Pututus, los que van llenando esos espacios sutiles del campo sonoro.
En definitiva, cada pueblo ha ido encontrado su propia forma y estructura de banda (o tropas), las que en su conjunto total nos dan una sonoridad muy compleja y profunda.
«Un anciano se quedó al cuidado de su nieto, apenas bebé, mientras los padres fueron a trabajar su chaco. El bebé empezó a llorar desconsoladamente, tanto, que el pobre anciano sin saber cómo consolar al niño, tomó varias cañas de distintos tamaños y sopló en todas creando armonía, sonido que tranquilizó al bebé y que dio origen a la zampoña»
documento presentado por la comunidad Taypi Ayca.
Dentro de los pueblos mas importantes en donde se ha conservado el legado ancestral del Siku tenemos a los Kallawallas, Italaque, Cariquima, Huancane, entre otras. Cada uno de estos pueblos a encontrado la manera de conservar las cañas y asi mantener una cultura viva en torono al rito y la celebración fecunda que nos trae el Siku. Cada uno de estos pueblos a encontrado su estilo propio y su forma de representar sombolicamente su cultura.
En torno a este punto, especialistas como Pérez de Arce señalan que: “Esta percepción de la música grupal, expresa uno de los conceptos más apreciados por la sociedad andina, la noción de complementariedad de los opuestos, la dualidad resuelta en unidad, solidaridad y cohesión. Es muy posible que estos atributos fueran los que llevaran al siku a tan alto nivel de aprecio en las sociedades andinas pre-hispánicas, como sugiere su reiterada representación en el arte de los Moche y otros pueblos, a partir de los primeros siglos de nuestra era.”
En la actualidad podemos observar que el sikuri sigue siendo parte integral de las comunidades andinas, siendo una forma de resistencia en la lucha incesante por sostener los ayllus (comunidades) vivos en tiempos en donde el avasallamiento de la modernidad, intenta fragmentar a los pueblos. Tanto asi, que hoy el Siku es considerado como patrimonio cultural de la humanidad y representa una forma noble de sobrellevar el arte y las practicas de los antiguos que siguen danzando cada vez que las cañas soplan al viento y renuevan el intento de legado que sigue mas vivo que Nunca.
Jallalla por todas los Ayllus que siguen soplando la memoria de los ancestros!!
Haylli!!